Trasportando por albores
y blancas sendas de gloria,
a mi vidriosa memoria,
yo la salvo de temores.
Y una eufonía de grillos
sutilmente me acompaña,
al amanecer con saña.
Iniciada tal chiquillos.
Y que conciertan cual hados
inocentes y a destajo,
en su tierna edad lozana,
plenos y regocijados
con la vida. Y yo me encajo,
los ayeres y el mañana.
1 comentario:
Somos por lo que fuímos, por lo que vivímos y experimentado, pero seguimos caminando.
Vidriosa no se, pero llena de mucho sentimiento, sin duda.
Me encantan tus poemas.
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