(*)
y
se
hizo
pequeña
fuliginosa
el albor de tu mirada.
Las palabras se la llevaron a otro mundo
Perforando, los vértices, de todas las noches mortecinas, vacías.
Gaviotas sumergidas de melancolía,
a mi corazón en coma,
lo desaguaron
y quedó
yermo,
sin
ti.
(*)