Con las tenues miradas ocultadas
se atan el corazón y la palabra.
Tejiendo un sol en un abracadabra,
en un blanco cuaderno, inventadas.
Y manifestándose en nuestros sueños,
y con las mágicas fábulas de hadas,
se buscan las almas desesperadas
en reverdecidos brotes pequeños.
Esperando siempre, siempre esperando,
para poder encontrar, los amantes,
un sendero libre y siempre buscando,
el agua, en el ocaso y en la duna
para calmar la sed y los semblantes
ocultos, en la zaga de la luna.