30 may 2007

NIÑOS CON EL TORSO DESNUDO

  • En realidad la Comuna de Mejillones se caracteriza por tener un clima privilegiado: apenas se nota el invierno. Por eso era tan común en la calle C, durante el verano, ver a niños con el torso desnudo y a pie pelado.
  • La claridad de mi mar amado y el sol no nos impedía que anduviéramos así casi la mayoría de los días,me encantaba andar en chores y sandalias. A veces con Nancy, mi hermana, un año menor y mis amiguitas, Virginia, Mary, Sálome y la Miriam Pool , hija del gringo, nos pasamos tardes enteras recogiendo conchitas a orillas del mar que la resaca dejaba, y a escondida nos fumábamos los cigarrillos "nevadas" que furtivamente le sacábamos a mi abuela.
  • Así, reprimíamos nuestras ansias candentes de enfrentarnos al cotidiano desafío hostil de vivir en aquél pueblo.
  • Un día nos fuimos de paseo, nadie se avistaba en la playa, caminamos kilómetros y kilómetros por las blancas arenas solitarias, junto al océano azul, asoleado, hinchado de viento y de veleros. El sol lamía y se descargaba con alevosía en nuestras pieles, cuando caminábamos sentíamos cómo nos quemaba la planta de los pies y nuestros torsos parecían humear con tanto calor.
  • Ese día ninguna de nosotras, llevaba traje de baño y decidimos lanzarnos al mar con ropa; jugamos y chapoteamos en el agua como si fuésemos nereidas Hijas de Nereo y Doris y nos imaginábamos rescatar a un naufrago argonauta. Se nos arrancaban convulsivas carcajadas como risas recién nacidas.
  • Ays! es maravilloso, con la brisa marina envolviéndome el rostro evocar estos recuerdos de juventud, con sabor a naranja pulida.
  • Luego, nos estiramos en la arena calentita, desnudas. Tenía que secarse la ropa. Acolchadas y esponjosas nubes de ilusión pintaban el cielo.Los rayos de sol exacerbados nos adormecieron hasta el amodorramiento y nos quedamos dormidas.
  • El resultado final fue que al llegar a casa parecíamos jaibas lozanamente cocidas, coloradas hasta el último dedo del pie. Grandes ampollas se veían en nuestros tegumentos enrojecidos.
  • Eran otros tiempos, pues usar bloqueador era una bagatela y tuvimos que aceptar de parte de nuestros padres una ófrica sanción. Y aceptar sin quejido alguno de ir a la mañana siguiente a casa del señor que criaba burros. Para tomar la leche de la burra que acababa de parir. ¡Guacala !



Foto de las extensas playas de Mejillones

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajja, pero fueron experiencias muy hermosas, aun cuando en estos dias el bloqueador es muy socorrido (por suerte la leche de la burra creo que no :)).

me hiciste reir mucho, un saludo linda maguita y un besito!