Mientras el mar
entonaba su salmo perpetuo, un pato lila se lamentaba de su mala suerte. Es
sabido que estos patos son excelentes nadadores y que emigran año tras año
detrás de los cardúmenes nuevos.
Cierto día, nuestro
notable nadador quedó atrapado en las redes de unos pescadores que faenaban mar
adentro, que al pato lila le cercenaron sus alas.
_Amigo, ¿por qué
lloras_ Le preguntó un pingüino de Humboldt estacionándose a su lado.
A lo que el pato
lila le respondió:
_Lloro porque no
tengo alas para poder emigrar cuando se acabe la temporada en este lugar.
_¡Ah sí! Ya me di
cuenta.
_Y siento que
tampoco me podré alimentar.
_Pero haz como yo
que tengo alas y no vuelo. Tienes unas excelentes patas con las cuales podrás
nadar y cazar y así conseguirás sobrevivir. _Prosiguió diciéndoles el pingüino
de Humboldt a modo de consuelo.
_Cuidado con esas orcas,
le advierte el pato lila.
_No son orcas, sino
lobos marinos.
_Que no. En este
islote abundan las orcas asesinas.
_Le pusiste mucho,
_le dice el pingüino de Humboldt, _sólo son inofensivos lobitos marinos.
_Te digo que son
orcas asesinas.
-Como te decía, _le
volvió a decir el pingüino de Humboldt, tengo alas, pero no vuelo. Sin
embargo…
En eso estaban los
dos amigos discutiendo y buscándole solución a la invalidez del pato
lila, cuando de repente una ola se levantó furiosa arrastrando a una orca
asesina que se los comió.
Moraleja:
El que se distrae,
pierde no sólo sus extremidades, sino que, puede hasta perder la vida.
4 comentarios:
Mala cosa las lamentaciones. Sólo la acción y el ingenio nos dan las alas para sobrevivir en un mundo adverso.
Un besillo, mi cara Sonia.
sisisisisi.
;)
Así es, lo ha dicho Hulna. Las lamentaciones no traen buenas consecuencias.
Un cuentecito muy original, Sonia.
Te mando besos
Con lo que me gusta distraerme, jejeje, la próxima vez miraré antes por si veo cerca a las orcas asesinas.
Una fábula muy original.
Besitos, Soni.
Orcas c.d.s.m!!
Me pareció brutal pero muy didáctico el cuento.
Un beso.
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