Se derrama el tiempo,
como si fuese un ojo desnudo
mirando las horas disueltas
en su postrer agonía.
Se derrama el tiempo como lágrimas
que no van a ninguna parte,
ni siquiera a la corriente
caudalosa de tu río.
Se está derramando el tiempo
y sigilosamente me alejo de ti.
Porque no existen clepsidras
ni murallas que lo puedan detener
Se derrama, se derrama...
como pálpitos de luna,
en las cascadas de un atardecer.
3 comentarios:
Se derrama el tiempo sobre tus manos abiertas, mientras esperas ese instante eterno.
Ups! Un comentario...mil gracias Pilar.
besitos
soni
Bello poema.
Es un placer volver a leerte.
Qué pena que aquella grácil gaviota ya no pueda planear sobre aquel mar de letras.
Que la proa de tu nave, ferrea,aguda y orgullosa, siga remontando olas y dividiendo noctilucas.
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