- Tampoco tengo la afición de decir: "¡Pobrecito, era tan bueno!" Cuando en realidad es un simple mortal. A algunos de estos efímeros seres cuando la muerte les persigue quieren ir al cielo , aferrándose obstinadamente a las sagradas palabras de una Biblia...
- Él no, era ateo, todo lo que hacía o conseguía,"era a base de su inteligencia y esfuerzo."
- Mientras tendía mi cálida mano izquierda sin soltar la suya, me dice: “ ya no me des más calor de vida, no es conveniente, es hora de partir…” curiosa, le tomaba el pulso, abría sus ojos observando sus pupilas, en las cuales me vi reflejada mil veces, cuando me reprochaba mis errores o prodigaba mis logros, abría su boca para sentir si aún respiraba, trataba de percibir algún susurro de su voz. “Anda -le dije- ¿Qué pecado cometiste, para qué Dios aún no te quiera llevar?…”. “No, no lo nombres, no soy digno de él”, dijo, abriendo apenas sus ojos.
- ¡Pero si era ateo!
- Nunca avizoré de lo que tuviera que avergonzarse; era un padre responsable y orgulloso de su cargo, trabajar entre rieles en un ferrocarril .El tango, el jazz, el blues y los poemas le apasionaban; nunca portó un lápiz, para plasmarlos, los recitaba y cantaba.
- Los días domingos no se derrochaban. Después del almuerzo nos reunía a todos para que hablásemos de aquello que nos molestaba o simplemente de aquello que ansiábamos. Uf! Era terrible, todos gritábamos y reíamos. ( pues somos de raíces italianas).
- Ays! Ya comenzó el ronquido de la agonía, siento dentro de la habitación el frió de la muerte, y me alegra. Se lo llevará al fin y podrán descansar sus huesos sin carne, pegados al pellejo, que le duelen tanto.
- Por un instante, se apagó el ronquido y, con una sonrisa tenue me dice: “arrivederci cara mia... Cuida a tu madre”.
- ¡DIOS! Fue su última palabra.
- Mi madre dormía apaciblemente a los pies de la cama, rendida de tantas noches en vela. Despertó de un brinco…y me preguntó: “¿Ya se fue? “Amorosamente, besó sus gélidos labios y musitó, al igual que la canción…”Espérame en el cielo, corazón…”
- (Pintura de Van Gogh)
Las palabras son como varitas mágicas; si llegan a los lectores, se esparcen por todo el mundo. Ellas pueden tocar a quien sea, sin importar el estrato social ni el cultural, si eso ocurre las personas tocadas, por un momento se convierten en hadas. Soni
14 may 2007
AGONÍA
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1 comentario:
hermosisimo escrito linda, ojala las despedidas a nuestros seres amados fuesen asi siempre...conmovedor, y lleno de melancolia.
gracias por permitirme leer una parte mas de ti hermosa maguita, te mando un beso con mucho cariño!
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