- Florece otra tarde
- el sol divino del estío
- me recuerda,
- el reflejo de tus ojos.
- Una tarde donde,
- los te quiero se abandonan
- por en el árido
- paisaje gris de tus cabellos.
- Yo sé que te amo...
- pero este amor es extraño,
- no se hunde en el delirio
- de una gardenia marchita.
- Ni se desespera naufrago
- por estar contigo.
- Florece otra tarde
- y el sol divino del estío
- no permite que te olvide,
- habitante ,estertor mío.
Atardecer en Mejillones
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