- y la irradiación flamígera suicida,
- jeroglíficos sin sentidos
- cuando los azules se vuelven desteñidos
- y tu voz es un recuerdo esquivo
- encrespándose, en crápulas de ortigas.
- Sin embargo...
- Fiesta y domingo, eres en mi pensamiento,
- también en los rosetones del cielo
- y me siento asoleada, amor mío
- ensanchada, de viento y de veleros,
- juguetona entre tus ropajes,
- del ir y devenir como las auroras...
- ¡Como oleaje...!
- Como si fuese un dulce bufido,ave amorosa
- inaugurando, vuelos y cantos nuevos.
Las palabras son como varitas mágicas; si llegan a los lectores, se esparcen por todo el mundo. Ellas pueden tocar a quien sea, sin importar el estrato social ni el cultural, si eso ocurre las personas tocadas, por un momento se convierten en hadas. Soni
30 may 2008
SIN EMBARGO
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