Crepitándome en la piel y los adentros,
como árbol tepú en llamas, queman tus besos,
voz ,latidos, anhelos,deseos.
Y todo mi cuerpo se prepara, amado
como un ávido y sediento tamarugo.
Entregándose, empalagoso y mimoso,
como la esterilizada lluvia a la tierra;
cuando jubilosas suben tus manos,
hasta el trapecio donde giran los miembros.
1 comentario:
Qué hermosos y apasionados versos, me encantó.
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