Andas suavemente y callada,
andariega, como las espigas rubias
que se dejan arrastrar por el viento.
Escapándote, de mi cuerpo.
Y Vagas como un espectro
en mi respiración cansada,
dibujando apenas la ternura,
en los corceles del tiempo,
y en las fuentes cristalinas.
Y siempre nos vamos por distinto
camino buscando, en la vida,
un sendero sin huellas ni destino.
Cuajando la tierra de simiente.
Andas suavemente y callada…Alma mía.
andariega, como las espigas rubias
que se dejan arrastrar por el viento.
Escapándote, de mi cuerpo.
Y Vagas como un espectro
en mi respiración cansada,
dibujando apenas la ternura,
en los corceles del tiempo,
y en las fuentes cristalinas.
Y siempre nos vamos por distinto
camino buscando, en la vida,
un sendero sin huellas ni destino.
Cuajando la tierra de simiente.
Andas suavemente y callada…Alma mía.
2 comentarios:
Bellas palabras como siempre. Y ese final, ese último verso, que rubrica "sembrando la tierra de simiente", es precioso.
Besos.
Carmen
Gracias querida amiga, por tus palabras siempre incentivandora.
Besos
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