Un barquito de papel alejándose con el viento
ahora, que somos niños viejos y distantes
refrescando, los efluvios azules de la garganta,
refrescando, los efluvios azules de la garganta,
de los cerros áridos trémulos de espejismos,
en un laberinto ceniciento y sin destino...
Se fue sin despedirse, ¡se fue...!
Tras de tu ausencia. ¡Huyendo!
Tras de tu ausencia. ¡Huyendo!
con tu nombre entre sus labios
y las sombras coléricas dibujaron,
en el horizonte un paisaje incierto.
4 comentarios:
Hermoso pero desesperanzado poema. Un canto al olvido de lo que se va sin avisar. Me gustó.
Besos.
Carmen
De lo que se va sin avisar...a mi me gustó más tu comentario,me has dejado reflexionando.
Creo que así será mi partida_ida.
Desapareceré tal cual llegue.
Sí! Creo que así será,sin bombos ni platillos.
Geacias amiga ,por permitirme esta pequeña reflexión.
besitossssss
Sonia
Prefiero un paisaje cierto, al que yo también como todos iré, con sencillez, con fragilidad con tu "barquito de papel".
Precioso poema. Me permites hacer un paralelismo con un fragmento del Retrato de Machado?:
"Y cuando llegue el día del último viaje,
y está al partir la nave que nunca ha de tornar
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."
La nave es tu barquito de papel que seguró llegará al otro lado.
Manel Aljama :
Mil gracias,por tu comentario...uno nunca sabe...nadie lo ha sabido...
besitos
Soni
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