Custodié,
los secretos de tu cuerpo
suspicaz,
en los confines del cielo.
y tu alma y la mía,
peregrinas,
en un homogéneo vuelo
se sucedieron,
de suaves latidos,
atizando los deseos
embriagados y seguros .
Cuando nos tropezamos
no videntes,con los bosques
álgidos y tórridos,
en las efigies,
del tablado de la vida.
8 comentarios:
Embriagadores versos nos regalaste esta vez. Un placer leertlos. Un beso.
Muchas veces nos tropezamos "videntes" y nos hacemos los no videntes.
Pero está hermoso el verso.
Delicioso, muy bello. Me encantó.
Besos.
Carmen
Qué verdades, las palabras de Machado.
¿Qué mejor lugar para custodiar los secretos?
Amiga, Sonia, tú siempre vuelas muy alto en tus poemas. Este, es excelso como todos los tuyos. Un abrazo.
Dante,muchas gracias por tu comentario,eres muy lindo.
besitos
Qué inteligentes palabras de Machado has elegido para dar paso a un bellísimo poema.
¡Felicidades! y, ya sabes, mis bicos siempre.
Allí están, es muy cierto mi querida Soni: en el homógeneo vuelo, en los olores del bosque, en el hambre del perro callejero...
que belleza has escrito: los secretos del cuerpo del ser amado siempre los llevaremos hasta el final de nuestros días.
Me alegra haberte encontrado por aquí, seguir tu vuelo... Djo besos
Alles Liebe
^^(°°)^^
Querido Esteban.
Mil gracias por tu comentario.
besitos
soni
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