OLVIDO

"Hay cosas de las que uno se olvida, otras desaparecen y otras mueren. Y no hay prácticamente nada de trágico en ello." Haruki Murakami

Las sombras se disipan, al mirar
de frente el holocausto de la noche;
ellas viajan indómitas en coche,
cruzan furtivas, la sala de estar.

Se han llevado por siempre mi secreto
y mis sueños, soñados con el alma
que ya he sacado sin ruidos y calma,
de mi corazón y de mi alfabeto.
 
Se marcharon a otra playa cercana,
aquella de ventiscas, de silencios
y del olvido, donde abunda el lempo.
 
Y renazco de nuevo a la mañana,
refulgente de los crueles recencios,

como hoja reverdecida en el tiempo.

HAIKU XI

¡ MUY BUENOS DÍAS!!

¡Muy buenos días! Saludo al alba, 

cuando comienza a amanecer.

Y enérgica entra la luz a raudales

por las blondas de los visillos,

de mi corazón y del alma.

La soledad y la oscuridad

se disipa toda, por los cielos,

en este maravilloso nuevo día

que alumbran las auroras. 

Con sus mágicos colores, suaves

de fresca brisa, aromática de paz.

Y cual gaviota libre, reinicio decidida 

por el firmamento, mi renovado vuelo…

BESAN TU NADA

Besan tu nada

mis labios

cuando besan

tu  silencio

mientras la noche

se desliza

por mi vientre.





Besan tu nada

mis labios

cuando besan

tu beso  ausente

de luciérnaga

que abrasa

mis destellos.

SENSACIONES

Ven a mi lado a sentir sensaciones antes que el movido trayecto muera  y que el viento apolille la madera, con el paso de tantas estaciones. Ven, sigamos por esa huella, amado, de febriles besos a la cascada,  donde el agua canta tierna balada a mi corazón de ti enamorado. Ven cariño mío sin contemplaciones, escálame mi cuerpo hasta la cumbre. Hagamos el amor y no la guerra. Ven a mi lado a sentir sensaciones antes de convertirnos en la herrumbre  de los huesos, hundidos en la tierra.

ENTRE LUCIÉRNAGAS Y ABEDULES

Para encender la noche

reviviré a las luciérnagas,

esplendentes y palpitantes.

¿Para qué la luna remisa?

Si basta tu ternura sacudiendo

las cenizas de mis leños,

en el eco más puro de un poema.

Entonces...

Mi corazón entre delirios

sigue la ruta de tu prisma,

explosionando

como miles de estrellas, 

cuando tu sonrisa,

se refleja, en el infinito,

de mis entrañas...

y en bosques de abedules

ciega me pierdo,

en el tiempo y el espacio.

SÉ QUE ESTÁS AQUÍ...

Desde mis tristes rincones,

te observo, desparramarte

y no sé como atraparte,

porque huyes en los faldones

sin piedad, sin emociones,

de mi percepción marchita,

como perverso adamita.

Donde no existen fronteras,

en tardes de frió y goteras

que entibias con antracita.

Sé que estás aquí, te siento,

salpicas mi corazón

desbordado de pasión;

sé que eres mi complemento,

y te has trocado en lamento,

de doliente sinfonía.

¡Y quisiera hacerte mía!

En esta noche infinita,

de donde tú huyes, ahíta,

en un tango, poesía.